martes, diciembre 18, 2012

Mala mujer (Neuromante)


sábado, agosto 04, 2012

Ausencia


domingo, julio 22, 2012

Frágil



Este corazón de barro
puede hacerse añicos
si lo acaricia tu mano
de dedos inofensivos.

Este orgullo de papel
se arruga por momentos
recordando aquel ayer
alimentado de deseos.

Tu mirada es lluvia fina
que anega toda mi alma;
soy una barca a la deriva
que ha perdido su ancla.

Camino con pies de cristal
sobre un suelo quebrado
abierto a la hondura abisal
donde espera tu abrazo.

Barro, papel, diluvio, abismo, ...
es tan grande mi temor
y tan frágil el destino
que tu amor me hace daño.

© Neuromante 2012

Saudade

Hai berros de saudade
tatuados no lar
do silencio.
Hai cores furtivas
no laio oculto
do ceo.
Hai chamas baldías
no ar do desexo.
Hai almas perdidas
en lumes de inverno.

Ulises C.

sábado, julio 07, 2012

Dor


viernes, julio 06, 2012

Andares

De andares decaídos.
De (a)mares derrotados.
De ollares de xemidos
de alentos debuxados.
De avernos derretidos.
De arumes conxelados.
De ensaios fenecidos
de abrazos disecados.

Ulises C.

miércoles, julio 04, 2012

Abrazo

[Este poema se lo dedico a una personita muy especial para mí... por todo el apoyo que me ha dado, por su calidad humana, por ser siempre el mejor espejo en el que mirarme, por tantas razones que tengo para admirarla y respetarla. ¡Gracias, Abaa!]

Eres refugio de abrigo,
mi más dulce compañera,
arco iris en primavera,
amapola entre el trigo.

Por ti canta la alondra
y se engalana el viento,
reinas sobre el contento,
te elevas como una onda.

Tacto de voz caprichosa,
risa de melancolía,
tu ausencia es agonía,
tu mirada luminosa.

Cuajas en la conciencia
como escarcha en las flores,
llenas lienzos de colores,
vivificas la inocencia.

Como el sol, no te apagas,
sólo ocultas tu presencia
dejando en evidencia
a la luna que embriagas.

Eres la bondad y su eco,
complacencia destilada,
luchadora sin espada,
agua fresca en suelo seco.

En ti reposa la brisa,
tú amainas la tormenta
que muere suave y lenta
a los pies de tu sonrisa.

Aurora de mis mañanas,
fragancia de mil acacias,
Debo darte tantas gracias,
que no contengo las ganas:

por tu sombra protectora,
por tu savia nutritiva,
por tu fronda acogedora,
por tu alma curativa...

 

(c) Neuromante 2012

sábado, junio 30, 2012

Cobardía


Tanto tiempo a tu lado
ocultando lo que siento
es vivir encadenado
a un destino de lamento.

Mas de nada serviría
confesar cuánto te quiero
¿Serías tú menos fría
si fuese yo más sincero?

Sé que "no" es la respuesta.
Te delata tu mirada
y tu aire de protesta
a mi voz entrecortada.

Quizá estés enamorada
de quién no quieres hablar.
Es una puerta cerrada
que no puedo derribar.

Duele tanto esta coraza,
¡es tan difícil de llevar!
No soporto la amenaza
de perderte al arriesgar.

Quien teme hacerte daño
es porque te ama de verdad.
No quiero un desengaño
ni fallar a tu amistad.

Estoy tan lejos de ti
aunque te rocen mis yemas
que sueño que te perdí
en los versos de mis poemas.

Mas no se puede perder
lo que nunca se ha tenido
aunque se pueda tener
lo que siempre se ha querido.

Tengo las manos atadas
a la cuerda en que camino
y las piernas tan cansadas
que no alcanzo mi destino.

Un cobarde es lo que soy,
un cobarde en equilibrio,
no sé bien a dónde voy,
voy directo al precipicio.

(c) Neuromante 2012

jueves, junio 28, 2012

Samba


Baila, morena, baila y no pares.
Me vuelves loco y sé que lo sabes.
Mis brazos te siguen en tu contoneo.
Tus labios me hacen morir de deseo.

Con tus caderas yo pierdo el sentido;
toda mi cordura ya pende de un hilo.
Tu ritmo me atrapa, todo se dilata,
las luces resaltan tus ojos de gata.

Baila, morena, baila y no pares.
Tú eres el fin de todos los males.
Siento tu pecho pegado a mi piel,
mi "cuore" no late, es un carrusel.

Los hombres te miran como corderos;
a mí me da igual, yo no tengo celos.
Que sean tus piernas las que provocan
si son mis manos las que te tocan.

Baila, morena, baila y no pares.
Tu cuerpo es metal para mis imanes.
Mis giros, tus curvas, bendito mareo;
me hacen creer, soy un mal ateo.

A todo lo bueno le llega el final.
La música cesa, es nuestra señal.
No pares, princesa, que siga la noche;
en tu casa o en mi coche:
¡a mí me da igual!

(c) Neuromante 2012

martes, junio 26, 2012

Balada de una noche de otoño

Hay más paz en mis brazos
rodeando tu cintura
que en la noche más clara de luna.

Hay tanta verdad en tus ojos
rebosantes de ternura
que mi destino se llama fortuna.

Quiero estrecharte
mientras me miras,
Quiero sentirte
cuando respiras.
Te amo ahora que la noche es noche
y más te amaré con el nuevo día.

Sé que no debo perderte,
pero temo que suceda.
Hoy no es un día cualquiera.

Soy un tipo con suerte,
tu amor es cuanto me queda;
todo lo demás ardió en la hoguera.

Quiero besarte
mientras suspiras,
Quiero escucharte
cuanto me digas.
Te amo ahora que la noche es noche
y más te amaré con el nuevo día.

No olvido que me quisiste
cuando ya nadie lo hacía
te debo tanto, amor, toda mi vida.

No quiero verte triste
cuando mi alma se vacía
Esta vez, por ti, he ganado la partida.

Quiero estrecharte
mientras suspiras,
Quiero escucharte
cuando respiras.
Te amo ahora que la noche es noche
y más te amaré con el nuevo día.
(c) Neuromante 2012

viernes, junio 22, 2012

Redoble


Arrullo de pasión,
calor intenso,
ansia desatada,
placer eterno.
Piel imprudente
que busca en tu boca
fuego que queme.

Abismo misterioso,
néctar melifluo,
fragante estupor,
goce continuo.
Alma traviesa
que con vivo deleite
se me revela.

Silencio tras el fragor,
lánguido sueño,
ascuas en el hogar,
plácido averno.
Levedad roja
que aturde mis sentidos,
tan azarosa.

No soy capaz de olvidarte...,
no soy capaz...,
no soy...,
no.
 

(c) Neuromante 2012

miércoles, junio 20, 2012

Quimera

Es son de soños prohibidos
en noites de lúa acesa.
Es lume de madrugada
na nada da vida enteira.
Es pingueiras de alborada
nesta escuridade enferma.
Es mel melodía encanto
delirio ilusión quimera.

Ulises C.

Coplillas del reo amante



Al oído quiero decirte
todo lo que nunca digo,
que no es poco, mi niña,
pues es tu amor lo que pido.

No hay mujer como tú,
tan elegante y garbosa.
Tu mirada es tal que el mar:
la inmensidad hecha olas.

No me juzgues por osado
pues no soy sino un cobarde
que suspira por tus besos,
prisionero de tu cárcel.

Lanzo yo todos los tejos
con tal que me dés la llave.
¡Qué te cuesta dejar libre
a este corazón que arde?

Dime que también me amas
¡oh, mi dulce carcelera!,
podré redimir mi culpa
si me permutas la pena.

No es lo mío un delito.
Se han visto peores males:
los que causa tu belleza
no hay quien los repare.

Así malgaste mi vida,
no dejaré de decirlo:
por ti daría mi alma
al diablo más temido.
 
(c) Neuromante 2012


domingo, junio 17, 2012

Viento


Dame el calor de tu aliento;
de tu mar, la sal y la arena.
No dejes escapar este viento
que suspira por tu piel morena.

Te daré yo a cambio mi vida

si me dejas morir en tu pecho,
pues no habrá muerte más digna
para este amor desdichado,
para este viento maltrecho.

(c) Neuromante 2011

Ensoñación


Silencio de sonido helado, mil veces sueño,
que perlas de rocío ardiente la negra noche,
robaste mi esperanza, esclava ahora sin dueño,

ya sólo estéril recuerdo de un vago reproche.

Lunas por pupilas, dilatadas de locura,

hicieron deslumbrante la luz de su mirada.
Atrapado en ese instante, libre de atadura,
podía ignorar el mundo, ella era mi morada.

La realidad era una quimera sin distancias

donde nada me podía despertar de sus besos
salvo sentir sus labios alejándose de mí.

El deseo me envolvía con suaves fragancias

y su alma era buena, necesitada de excesos.
Había estado muerto hasta que soñé vivir.

® Neuromante 2012

martes, enero 10, 2012

Steve Jobs (Walter Isaacson)

 

Tras más de cuarenta entrevistas con Steve Jobs y con un centenar de personas de su entorno, familiares, amigos, adversarios y colegas, esta es la biografía definitiva de uno de los iconos indiscutibles de nuestro tiempo, la crónica de la agitada vida y abrasiva personalidad del genio cuya creatividad, energía y perfeccionismo revolucionaron seis industrias: informática, películas de animación, música, teléfonos, tabletas y edición digital. Cuando el mundo buscaba cómo construir las bases de una economía digital, Jobs fue un símbolo de la inventiva y de la imaginación práctica. Consciente de que la mejor manera de crear valor en el siglo XXI era conectar la creatividad con la tecnología, fund ó una empresa en la que impresionantes saltos de la imaginación iban de la mano con asombrosos logros tecnológicos. Aunque Jobs colaboró con el libro, no pidió ningún control sobre el contenido, ni siquiera el derecho a leerlo antes de la publicación. No rehuyó ningún tema y animó a la gente que conocía a hablar con franqueza. "He hecho muchas cosas de las que no me siento orgulloso, como dejar a mi novia embarazada a los 23 años y cómo me comporté entonces, pero no hay ningún cadáver en mi armario que no pueda salir a la luz". Jobs habla con sinceridad, a veces brutal, sobre la gente con la que ha trabajado y contra la que ha competido. De igual modo, sus amigos, rivales y colegas ofrecen una visión sin edulcorar de las pasiones, los demonios, el perfeccionismo, los deseos, el talento, los trucos y la obsesión por controlarlo todo que modelan su visión empresarial y los innovadores productos que logró crear. Jobs podía desesperar a quienes le rodeaban. Pero su personalidad y sus productos han estado siempre inter-relacionados, igual que el hardware y el software de Apple. Su historia, por tanto, está llena de lecciones sobre innovación, carácter, liderazgo y valores. La historia de un genio capaz de enfurecer y seducir a partes iguales.

El imperio eres tú (Javier Moro)


Premio Planeta 2011 

Convertido en emperador de Brasil a los veintitrés años, Pedro I marcó con su huella la historia de dos continentes. Desmedido y contradictorio, las mujeres fueron su salvación y su perdición: mientras su esposa, la virtuosa Leopoldina de Austria, lo llevó a la cumbre, su amante, la ardiente Domitila de Castro, lo arrastró a la decadencia. Cuando el inmenso Brasil se le hizo pequeño y el poder dejó de interesarle, puso su vida en juego por aquello que creía justo. Y alcanzó la gloria. Con la belleza exuberante del trópico como telón de fondo, Javier Moro narra con pasión por el detalle la prodigiosa epopeya del nacimiento del mayor país de Sudamérica.