domingo, enero 25, 2009

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (Oliver Sacks)




Este libro se convirtió inmediatamente en un clásico y consagró a su autor como «uno de los grandes escritores clínicos del siglo» (The New York Times). En él narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el extraño mundo de las enfermedades neurológicas: individuos aquejados por inauditas aberraciones de la percepción, que han perdido la memoria, que son incapaces de reconocer a sus familiares o los objetos cotidianos..., a los que Oliver Sacks retrata con pasión humana y gran talento literario.

Johannes BRAHMS: Op. 118, No. 2 (Intermezzo)

sábado, enero 24, 2009

Memorias de una Geisha (Arthur Golden)



Poco antes de su muerte, Sayuri, una anciana japonesa afincada en Nueva York, cuenta la historia de su vida a un joven amigo americano. El poder de seducción de la voz narrativa de esta geisha legendaria transporta al lector a un Japón de entre guerras, lleno todavía de ecos feudales, y a una de las tradiciones japonesas que más curiosidad inspiran en el mundo occidental: la de la geisha, una peculiar práctica cultural a la que están ligadas artes tales como la seducción, la danza, la pintura o la clásica ceremonia del té.



El fuego (Katherine Neville)




Por fin la esperada continuación de El Ocho, la obra que ha fascinado a millones de lectores en todo el mundo. El legendario ajedrez de Carlomagno, cuyas piezas contienen un oscuro y misterioso poder, vuelve a ser el protagonista en esta magnifica novela que fascinará y sorprenderá a los lectores.

El fuego es una novela que te marcará la vida igual que lo hizo El ocho. El juego vuelve a empezar.
Colorado, 2003: Alexandra Solarin recibe una inesperada invitación a la fiesta de cumpleaños de su madre, Catherine Velis, quien nunca antes había celebrado este día. Años atrás, la propia Cat, junto a su marido, había repartido por diferentes países del mundo las fabulosas piezas del ajedrez de Montglane para que nadie nunca pudiera reunirlas y hacerse con el secreto poder que contienen. Cuando Alexandra llega a la casa familiar en las Rocosas, la vivienda está vacía. Su madre no aparece pero sí una serie de invitados igualmente inesperados. Algo sumamente importante está ocurriendo y Alexandra acepta el reto de seguir las misteriosas pistas que ha preparado su madre. La búsqueda la llevará desde Colorado hasta las lejanas tierras de Rusia y el mismo corazón de Washington, ciudad donde reside, y se encontrará en medio de un juego ancestral cuya existencia ni sospechaba. Los invitados a la fiesta serán sus compañeros de viaje; sin embargo, no todos jugarán de su lado. Porque, si bien todos persiguen las piezas del ajedrez, no todos lo hacen con las mismas intenciones.

Con El fuego K. Neville nos hará vibrar de nuevo.

Me llamo Rojo (Orhan Pamuk)




Me llamo Rojo nos introduce en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco. Viajamos hasta el siglo XVI, el sultán desea inmortalizar su figura en un lienzo, pero la ley islámica lo prohíbe. La tentación vence y cuatro artistas trabajarán en secreto, elaborando un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas. Hasta que uno de ellos desaparece. Pamuk ha conseguido una novela total. A la sabiduría de la mejor tradición histórica se unen el ritmo trepidante de la novela negra y una seductora historia de amor.

«Magnífico… Este libro perfectamente podría ser una de las pocas obras de ficción recientes que se recordarán a finales de siglo.» The Observer

jueves, enero 15, 2009

A tientas (Duncan Dhu)



La luna esconde su mirada, y yo, yo quiero conquistarla.
Ya ves, todo sigue igual.
Un llanto lento, un llanto amargo, un llanto, al fin, desesperado.
Y yo no sé llorar.

domingo, enero 11, 2009

Viñeta de El Roto - El País


Hakim y la desesperanza


Hakim contempla con angustia la destrucción que los bombardeos israelíes de las últimas horas han provocado en su barrio. El palpitar desbocado de su corazón retumba más horrísono que el silbido de los proyectiles y el estruendo de sus impactos. Percibe como el odio le va invadiendo sin remedio, atenaza su voluntad y poco a poco se va convirtiendo en un deseo implacable de venganza. Sólo tiene trece años, pero el conflicto atávico que ha sumido a sus antepasados en una vida llena de miedo y desesperación fluye ya por su sangre con una furia irrefrenable. Para quien ha visto el cuerpo descarnado e inerme de su hermana menor bajo los cascotes de la vieja casa familiar no existe consuelo posible. La muerte se paga con muerte, el odio se vence con más odio y al ejército enemigo se le afrenta arrojando piedras a falta de otros métodos más contundentes. Aunque no sea muy consciente de ello, constituye ya una pequeña pieza de ese engranaje monstruoso de movimiento perpetuo lubricado por la sinrazón.

Mientras tanto, en todas las televisiones del mundo, la portavoz del ejército israelí declara sin pestañear que las municiones empleadas por sus soldados respetan los convenios internacionales, para acallar las voces que hablan del uso de fósforo blanco por parte de Israel. Ese es precisamente el gran mal de este siglo heredado del anterior: la perversión del lenguaje al servicio de la hipocresía. Si Hakim pudiese opinar delante de un gabinete de expertos de la O.N.U. seguramente diría que para él no hay diferencia entre morir aplastado como su hermana, desangrado por el alcance de algún proyectil, achicharrado por el fósforo o sentenciado por una bala enemiga. Diría que la diferencia radica en vivir con esperanza antes que perecer, no en la forma de morir; diría que la agonía individual es una nimiedad comparada con el sufrimiento colectivo de un pueblo constantemente amenazado y desprotegido ante la mirada impasible de Occidente que ve a Israel bien como un cliente al que proveer de arsenal bélico, bien como un antiguo aliado al socaire de las útiles causas sionistas del pasado o -como en el caso europeo con Alemania a la cabeza- como una vieja víctima de un holocausto vergonzante, capítulo de nuestra historia más reciente que pugna desesperadamente por ser dejado atrás de una vez por todas. Mucho me temo que aquello de que detrás de un opresor siempre hay un gran oprimido es una máxima constatada inútilmente por la Historia de la que nadie parece estar dispuesto a aprender. Lo peor es que ya se han sembrado tantos vientos que las tormentas que se recogen se confunden entre sí en un maremágnum de intereses encontrados. La conmiseración que hoy sentimos por los árabes de la Franja de Gaza no es más que una brizna que se llevará el viento en cuanto algún grupo terrorista en nombre de Alá ataque intereses occidentales y seguirá sin existir reparo alguno en actuar con connivencia hacia los judíos que en otro tiempo perecieron en los hornos de la vergüenza de una sociedad que hoy enarbola la bandera de la civilización. Y que nadie se extrañe ni sonroje si los países que envían ayuda a Gaza a través de Cruz Roja Internacional, incluido el nuestro, son los mismos que condenan tímidamente los ataques israelíes mientras mantienen intactas las relaciones diplomáticas con ese país.

Sin embargo, lo que más pasmo causa es ver a algún manifestante en alguna capital de este inhóspito mundo reivindicando una "guerra justa". Esas dos palabras yuxtapuestas producen un chirrido horrísono, como el palpitar desbocado del corazón de Hakim, como el silbido de los proyectiles israelíes y el estruendo de sus impactos. Yo prefiero clamar porque se destierre la palabra guerra y todo lo que la representa o se le asemeja y se hable más de justicia o, mejor dicho, Justicia, con mayúscula; porque, me pregunto, ¿acaso es justo que los niños palestinos como Hakim, al igual que los niños israelíes, no tengan la oportunidad de crecer sin violencia para que en el futuro puedan llegar a escucharse? Aunque sobrevivan a los ataques de uno u otro bando, ¿cómo podrán acercarse a la posición del otro para buscar una solución al conflicto si no han vivido más que el terror de las bombas y el temor de la amenaza? Lo paradójico de toda esta situación es que al sembrar el odio entre los hijos del vecino, unos y otros siembran el odio entre sus propios vástagos haciéndoles herederos de su incapacidad para saber apreciar y respetar, por encima de cualquier dios, creencia o rivalidad histórica, el valor de la vida y de la paz, dos conceptos que al contrario que guerra y justicia, deberían ir siempre de la mano, ya que uno no tiene razón de ser sin el otro.

Neuromante

sábado, enero 10, 2009

Garzón, el hombre que veía amanecer (Pilar Urbano)




El libro arranca el 6 de mayo de 1994, cuando Antonio Asunción dimite como ministro del Interior después de la fuga de Luis Roldán y Juan Alberto Belloch está a punto de tomar posesión de su cargo. Y es Belloch quien le pide a Garzón que tome una decisión: o se queda o se va.

A partir de esta escena, Pilar Urbano hace un detallado recorrido por la intensa trayectoria profesional y vital del magistrado más conocido por la opinión pública española. Junto a la minuciosa descripción de los diversos casos en los que ha participado el magistrado (caso GAL, Caso Marey, Caso Yoyes, ETA, atentados contra el Rey, narcotráfico, Operación Nécora, Caso Pinochet, Sogecable, papeles del CESID, etc), la autora intercala fragmentos del diario personal del protagonista, así como sus conversaciones con personajes que van de Felipe González hasta José Amedo o Míchel Domínguez.

En este minucioso trabajo de investigación, el lector tendrá conocimiento no sólo de la gran labor profesional del juez (para quien su trabajo es su vida) sino también de su biografía humana y personal.

Diario de un skin (Antonio Salas)




Un topo en el movimiento neonazi español. Un año camuflado bajo la piel de un skinhead. De este modo cabe resumir la experiencia que Antomnio Salas, pseudónimo detrás del cual se esconde un conocido periodista de investigación, cuenta sin escrupúlos es este libro.

Diario de un skin es la cofesión auténtica de quien ha logrado, por primera vez, infiltrarse sin levantar sospechas en un grupo tan peligrosos que no perdona los errores. Armado de una cámara oculta y parapateado tras una falsa identidad, construyó un personaje lo sufucientemente convincente como para ganarse la cofianza de sus iguales y vivir desde dentro la realidad de los cabezas rapadas.

El orgullo y los sentimientos de odio de los ultra, los actos violentos en los que participan, su implación en las peñas futbolísiticas, y sus alianzas con grupos internacionales afines a través de internet son, entre otros muchos aspectos, los que se desarrollan en estas páginas sin precedentes.

viernes, enero 09, 2009

Sin tetas no hay paraíso (Gustavo Bolívar Moreno)





A sus trece años, Catalina empezó a asociar la prosperidad de las niñas de su barrio con el tamaño de sus tetas, pues quienes las tenían pequeñas, como ella, tenían que resignarse a vivir en medio de las necesidades y a estudiar o trabajar de meseras en algún restaurante de la ciudad. En cambio, quienes las tenían grandes, como Yesica o Paola, se paseaban orondas por la vida, en lujosas camionetas, haciéndola agonizar de envidia. Por eso se propuso, como única meta en su vida, conseguir a toda costa y cometiendo todo tipo de errores, el dinero para implantarse un par de tetas de silicona, capaces de no caber en las manos abiertas de hombre alguno. Pero nunca pensó que, contrariamente a lo que ella creía, sus soñadas prótesis no se iban a convertir en el cielo de su felicidad y en el instrumento de su enriquecimiento sino en su tragedia personal y en su infierno íntimo. Poco a poco, Catalina irá cayendo en el sórdido y desabrido mundo del narcotráfico, el crimen y la prostitución, sumergiéndola en el ambiente de los capos y la venta del cuerpo, la traición de su madre y su novio, además de las constantes y dolorosas cirugías de busto. Consciente de su propia degradación, Catalina tomará una serie de decisiones que desencadenarán en un final sorprendente...

miércoles, enero 07, 2009

La apelación (John Grisham)




La política siempre ha sido un juego sucio. Ahora la justicia también lo es. Corrupción política, desastre ecológico, demandas judiciales millonarias y una poderosa empresa química, condenada por contaminar el agua de la ciudad y provocar un aumento de casos de cáncer, que no está dispuesta a cerrar sus instalaciones bajo ningún concepto. Grisham, el gran mago del suspense, urde una intriga poderosa e hipnótica, en la que se reflejan algunas de las principales lacras que azotan a la sociedad actual: la justicia puede ser más sucia que los crímenes que pretende castigar.
John Grisham es uno de los más importantes autores de best sellers de todos los tiempos. Ha vendido más de 225 millones de libros en todo el mundo, y sus obras se han traducido a 29 idiomas. Una novela de estilo ágil, suspense sin tregua y acerada denuncia política. Los temas que sustentan esta novela son de absoluta actualidad: la contaminación medioambiental y la corrupción de los estamentos políticos y judiciales.
«Una novela fascinante.» Barnes & Nobel
«Escalofriante y atemporal.» The Washington Post
«Fascinante... Su descripción precisa de los personajes nos revela a un autor que conoce la ley y la política desde dentro.» Los Angeles Times


La elegancia del erizo (Muriel Barbery)




En el número 7 de la calle Grenelle, un inmueble burgués de París, nada es lo que parece. Dos de sus habitantes esconden un secreto. Renée, la portera, lleva mucho tiempo fingiendo ser una mujer común. Paloma tiene doce años y oculta una inteligencia extraordinaria. Ambas llevan una vida solitaria, mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. La llegada de un hombre misterioso al edificio propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas.

Juntas, Renée y Paloma descubrirán la belleza de las pequeñas cosas. Invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del erizo es un pequeño tesoro que nos revela cómo alcanzar la felicidad gracias a la amistad, el amor y el arte. Mientras pasamos las páginas con una sonrisa, las voces de Renée y Paloma tejen, con un lenguaje melodioso, un cautivador himno a la vida. .

Muriel Barbery se ha convertido en la revelación literaria en Francia. Su ternura y originalidad le han valido el Premio de los Libreros, el reconocimiento de la crítica y el cariño del público, que la ha situado en las listas de los libros más vendidos durante un año. «Un cuento moderno, refrescante e inteligente», Le Figaro; «La nostalgia atemporal de Marcel Proust y el frescor de Philippe Delerm… Divertida, inteligente… aérea como un haiku», L’Express; «Decir que Muriel Barbery tiene talento es quedarse corto… Tiene un humor devastador», Le Nouvel Observateur.

Premio de los Libreros franceses y Premio Culture et Bibliothèques pour Tous.

Sexo para Dummies - 3ª edición (Ruth K. Westheimer)




Esta obra pone al alcance de los lectores los conocimientos de la sexóloga más importante de Estados Unidos y su experiencia de ayuda a miles de parejas, para ofrecerles una herramienta muy completa y útil para mejorar su vida sexual. Sin tabúes pero con profundo respeto por las personas, y en un lenguaje claro, directo y sencillo, explica con gran rigor cuestiones como las relaciones de pareja, las posiciones sexuales, el cibersexo, los medicamentos de ayuda o las enfermedades de transmisión sexual.

El viaje a la felicidad (Eduardo Punset)




La búsqueda de la felicidad es una de las grandes aventuras humanas. Tal como explica Eduardo Punset en el prólogo, el viaje a la felicidad acaba de empezar y su final es incierto: Hace un poco más de un siglo la esperanza de vida seguía siendo de treinta años: lo justo para aprender a sobrevivir, si se contaba con la suerte, y culminar el propósito evolutivo de reproducirse. No había futuro ni, por lo tanto, la posibilidad de plantearse un objetivo tan insospechado como el de ser felices. Ésta era una cuestión que se aparcaba para después de la muerte y dependía de los dioses. La revolución científica ha desatado el cambio más importante de toda la historia de la evolución: la prolongación de la esperanza de vida que ha generado más de cuarenta años redundantes -en terminos evolutivos-. Por primera vez la humanidad tiene futuro y se plantea, lógicamente, como ser feliz aquí y ahora. La gente se ha sumergido en esas aguas desconocidas, prácticamente, sin la ayuda de nadie. Ahora la comunidad científica intenta iluminar el camino. Este libro es una lúcida y apasionante aproximación a la felicidad y sus condicionantes. Una indagación que nos desvela los más recientes descubrimientos científicos en torno a este tema, y que en su capítulo final nos propone la fórmula de la felicidad.

martes, enero 06, 2009

Historia general de las drogas (Antonio Escohotado)



Con un enfoque a la vez histórico y fenomenológico el libro examina las principales drogas descubiertas, tanto lícitas como ilícitas. Contiene una amplia bibliografía, índice analítico, e incluye un sistema inédito de referencia para facilitar la consulta.Con más de 1500 páginas, quince ediciones (en 2006) y traducciones parciales o totales al inglés, francés, italiano, portugués, búlgaro y checo, es tal vez el mejor tratado sobre el género escrito hasta el momento en cualquier idioma, logrando un equilibrio notable entre erudición y divulgación. La obra contempla un recorrido multidisciplinar sobre la ebriedad, abordando aspectos históricos, culturales, mitológicos, antropológicos, sociológicos, políticos, químicos y médicos. Incluye un apéndice (anteriormente publicado por separado: El libro de los venenos, 1990, y Para una fenomenología de las drogas, 1992, que resulta un manual de uso y consumo de diferentes tipos de drogas, que el autor ha experimentado personalmente.

lunes, enero 05, 2009

Tratado de ateología (Michel Onfray)




En el mundo posterior al 11 de setiembre de 2001, la religión ha salido de lo privado para estar presente en el espacio público más que nunca. El retorno de lo religioso -dice Michel Onfray- exige construir un ateísmo sólido, fundamentado.

En el año 2005, Michel Onfray, creador de la Universidad Popular de Caen, publica “Tratado de ateología (Física de la metafísica)”, editado en la Argentina por Ediciones De La Flor, para señalar que la negación de Dios no es suficiente si no se avanza en la construcción de una ética postcristiana. Por ello, Onfray cree necesarias tres tareas: deconstruir los monoteísmos, desmitificar el cristianismo, y desmontar la teocracia. Sólo así será posible que “el cuerpo deje de ser un castigo y la tierra, un valle de lágrimas; la vida, una catástrofe; el placer, un pecado; las mujeres, una maldición; la inteligencia, una presunción y la voluptuosidad, una condena”.

La característica principal de las tres grandes religiones va más allá del poder que ejercen sobre sus creyentes: han impregnado en los sectores laicos. Kant, por ejemplo, en “La crítica de la razón pura” parece estar minando las bases de la metafísica occidental, pero termina reafirmando los valores que sostienen a los tres grandes monoteísmos: Dios, la inmortalidad del alma y la existencia del libre albedrío. Representa mejor que cualquier otro intelectual a ese extraño engendro que es el “ateísmo cristiano”. Onfray tiene muy en claro que no alcanza con plantear el conflicto al interior de las catedrales, sino que es imprescindible plantearlo también en las “capillas del librepensamiento”.

En cuanto a la cuestión divina, es importante aclarar algo: Onfray no refuta la existencia de Dios, sino que lo niega como valor positivo. Al contrario de lo que sentenció Nietzsche, Dios aún vive; y los hombres siguen construyendo sobre lo que su existencia presupone. Vive por la sencilla razón de que las ficciones no mueren: “un cuento para niños no se puede refutar”. Dios es el arma principal que los dispositivos religiosos utilizan para explotar esa tendencia en los hombres a construir subterfugios contra el desierto de lo real. Por eso, el verdadero ateísmo (un ateísmo posmoderno) debe anular la referencia teológica y construir una moral basada en valores que celebren el cuerpo más que el alma. Dice Onfray: “ni Dios, ni Ciencia, ni Cielo inteligible, ni el recurso a propuestas matemáticas, ni Tomás de Aquino, ni Auguste Comte o Marx; sino la Filosofía, la Razón, la Utilidad, el Pragmatismo, el Hedonismo individual y social, entre otras propuestas a desarrollar dentro del campo de la inmanencia pura, en favor de los hombres, para ellos y por ellos, y no para Dios o por Dios”.

Tratado de ateología es una obra explosiva, y de hecho ha generado enérgicas respuestas, incluidos dos libros y decenas de artículos. Cabe preguntarse si lo que “molesta” de Onfray es su ateísmo, o su hedonismo. De cualquier manera, la negación de Dios y la celebración de los placeres parecen estar sumamente interrelacionados y ponen en jaque a un mismo sistema de valores. El miedo y la angustia han engendrado dioses, por eso Onfray no critica ni culpa a los hombres por valerse de placebos metafísicos. Él se lo toma como una cuestión personal: “cada uno puede preferir el opio de la ilusión a la realidad. Yo le reprocho a la ilusión enemistarnos con la única certeza que tenemos: la vida es aquí, aquí y ahora”.