domingo, mayo 24, 2009

Rändajad (Nómadas)


Kõrbekuumuses liiva
Lendab kui jääkülma lund
Öö peagi laotamas tiivad
Rändajaid saatma jääb tuul
See on tee nad rändavad nii päevast päeva
See on tee nad rändavad siis ajast aega
See on tee ta nähtamatu rajana kulgeb
Nende ees ta ootab kui riskida julged
Külmunud hingi vaid saadab
Kuuvalgus varje neist loob
Päikesekiirena sooja
Hommik taas endaga toob
See on tee nad rändavad nii päevast päeva
See on tee nad rändavad siis ajast aega
See on tee ta nähtamatu rajana kulgeb
Nende ees ta ootab kui riskida julged
Nad rändavad nii päevast päeva
Nad rändavad siis ajast aega
Ta nähtamatu rajana kulgeb
Ta ootab kui riskida julged
Üle mägede taevasse kaigub hääl
See on tee nad rändavad nii päevast päeva
See on tee nad rändavad siis ajast aega
See on tee ta nähtamatu rajana kulgeb
Nende ees ta ootab kui riskida julged
See on tee


En el calor del desierto la arena
Vuela como nieve helada
La noche despliega pronto sus alas
El viento es lo único que escolta a los nómadas
Así es como caminan de un día al siguiente
Así es como caminan de una vida a la siguiente
Así es como se crea un sendero invisible
Ahí está esperando hasta que te atrevas a asumir el riesgo
Por él sólo van almas congeladas
La luz de la luna marca sus sombras
Calor en un rayo de sol
Es lo que la mañana trae de nuevo
Así es como caminan de un día al siguiente
Así es como caminan de una vida a la siguiente
Así es como se crea un sendero invisible
Ahí está esperando hasta que te atrevas a asumir el riesgo
Caminan de un día al siguiente
Caminan de una vida a la siguiente
Se crea un sendero invisible
Te espera hasta que te atrevas a asumir el riesgo
Una voz resuena sobre las montañas hasta el cielo
Así es como caminan de un día al siguiente
Así es como caminan de una vida a la siguiente
Así es como se crea un sendero invisible
Ahí está esperando hasta que te atrevas a asumir el riesgo
Así es su camino

miércoles, mayo 20, 2009

Muerte entre poetas (Ángela Vallvey)




Ágil y sutil pero profunda, brillante y divertida, Muerte entre poetas es un auténtico logro narrativo que encandilará a los lectores. Una historia deliciosa que hace un guiño a las viejas novelas de Agatha Christie y a las guerras literarias de Pío Baroja.
Lo que debía ser un encuentro ritual entre prestigiosos miembros de las letras nacionales se convierte en algo turbador al aparecer asesinado de una puñalada en el corazón uno de los poetas participantes. Nacho Arán, poeta y meteorólogo, llega al congreso poco después de que se haya producido el crimen, por lo que está libre de sospecha y podrá dedicarse a husmear entre el resto de los asistentes. Pronto descubrirá que casi todos ellos tienen algo contra el muerto, y se dará cuenta de que el refinamiento intelectual y la supuesta sofisticación de la cultura no sirven como vacuna contra el mal y las pasiones violentas, contra el odio y el deseo de venganza...

El secreto de la porcelana (Emilio Calderón)




Durante siglos, la fórmula para fabricar porcelana fue uno de los mayores secretos de China. Nadie en Europa sabía fabricarla y aquel que lo consiguiera se haría inmensamente rico. En 1707, Damián Ossorio, un comerciante de porcelanas afincado en Manila, recibió el encargo del rey de España de robar el secreto de la porcelana. Al mismo tiempo, Johann Frederick Böttger, un alquimista que trabajaba para Augusto II de Sajonia, haría un sorprendente descubrimiento en su laboratorio del castillo de Albrechtsburg. Su hallazgo cambiaría para siempre las relaciones comerciales entre la vieja Europa y el Celeste Imperio y también la vida de Damián Ossorio.

lunes, mayo 18, 2009

De Viajes (Túnez)



Atar los cordones de tus zapatillas con originalidad

[Haz clic en la imagen para ver más formas originales de atar los cordones de tus zapatillas]

Para qué sirve


Los viernes, al llegar a casa después del trabajo, siempre me lo encuentro en el salón con las rodillas sobre un cojín, acodado sobre la mesita de mármol y con la mirada cargada de resignación dirigida hacia algún hueco en blanco de la hoja de ejercicios. El lápiz, inmóvil entre sus diminutos dedos, como perro que ha olisqueado una perdiz, señala la posición en la que debería empezar esa maldita respuesta que no acaba de llegar a su tierna mente de diez años. Hoy, nada más entrar en la estancia lo reprendí por no sentarse en una silla como es debido, con la espalda bien recta, a lo que respondió con un sofión recordándome lo impertinente que puede llegar a ser un padre cuando se empeña en ejercer como tal. Para compensarlo de mi filípica, lo arrastré hasta el sofá a base de cosquillas mientras me suplicaba entre risas entrecortadas y alharacas que lo dejase en paz.

­­A ver, ¿qué pasa con esas “Mates”?¿se resisten o qué?

No entiendo una cosa… esto: Sn=n*(n+1)/2 comentó irritado después de trazar una espiral que dio varias vueltas alrededor de los símbolos hasta cerrarse completamente, en un intento por atrapar el significado de la fórmula.

¡Pero si es muy fácil! Mira, ahí Sn se refiere a la suma de los primeros n números naturales empezando en 1. Por ejemplo, si n fuese 8, Sn sería la suma de 1+2+3+4+5+6+7+8. Observando este ejemplo con un poco de detenimiento llegamos a la conclusión de que el primer sumando y el último (1 y 8) suman 9, que el segundo sumando y el penúltimo (2 y 7) también suman 9 y lo mismo diríamos del tercero y el antepenúltimo y de los sucesivas asociaciones análogas de pares de sumandos. Es decir, para n=8 sumandos tenemos n/2=4 sumas (la mitad que de sumandos) valiendo cada suma n+1=9. Por lo tanto, sólo hay que multiplicar n/2 por (n+1). Quizás te despiste un poco que la división entre 2 aparezca acompañando al factor (n+1) en vez de a n, que es de donde verdaderamente proviene el sentido de la fórmula pero ya sabes que el orden de los factores no altera el producto.

¡Es verdad, papi! ¡Eres un genio!

Pues lamento decirte que esta solución la halló por primera vez un jovenzuelo de diez años como tú hace mucho tiempo, sorprendiendo a su propio profesor, al ser capaz de decir casi de inmediato que la suma de los primeros cien números era 5050 cuando todavía sus compañeros no habían sumado ni los veinte primeros.

¡Ya, papá! ¡No me digas más! Seguro que fuiste tú en la escuela.

¡Qué más quisiera yo, hijo!

Pues si tú no eras capaz de descubrir una cosa así no me pidas a mí que lo sea.

¿Y quién te pidió que lo seas, granuja? Sólo intentaba ayudarte.

Pero… dime, papi, esto… ¿para qué sirve?

Aquella pregunta repentina fue un disparo al corazón, un puñetazo entre los dientes del que tardé varios minutos en reponerme. El tiempo que transcurrió hasta que fui capaz de romper el silencio con un burdo balbuceo debió de resultarle tan extraño e incómodo como a mí. Allí estaba yo, aturdido en medio del salón, abrumado por el peso de la ignorancia tan mal disimulada con mi prolija explicación de una fórmula inútil que, ahora ya sí, podía incluso considerar estúpida desde cualquier punto de vista. Porque es verdad que en mi día a día se me han presentado innumerables sumas, muchas restas, abundantes multiplicaciones y alguna que otra división pero de sumar los primeros n números naturales nada de nada. La desazón del momento me llevó a un intento por enumerar todas aquellas cosas que nos traen de cabeza, a las que les damos mil vueltas en la vida, pero que finalmente resultan no servir para nada, empezando por la propia vida. A pesar de ello, nos empeñamos en desentrañar todos los misterios, cada atisbo de duda que surge a nuestro alrededor. Insistimos en buscar relaciones allí donde haya dos hechos y somos tan torpes que nos conformamos con determinar que uno es anterior al otro para convertirlos en causa y efecto respectivamente, a falta de otra respuesta más juiciosa. Apenas podemos llenar el vacío con más vacío pero presumimos ufanos de colmar la cornucopia de la sabiduría; sólo podemos intuir levemente la virtud, la belleza y la realidad mas nos jactamos de conocerlas, diseccionarlas y escrutarlas a nuestro antojo. No se puede ser más engreídos y vanidosos. Y como aceptar una derrota no entra dentro de las posibilidades contempladas por el engreimiento y la vanidad me dispuse a elaborar una respuesta que, aunque peregrina, traté de aliñar con cierta apariencia de justificación razonable:

Bueno, hijo, digamos que directamente no tiene ninguna aplicación práctica pero sirve de base a otros razonamientos matemáticos que sí la tienen como ocurre con la combinatoria, la estadística y el cálculo infinitesimal. Ahora te suena a chino; sólo cuando veas todo eso más adelante en el Instituto lo entenderás. Pero la cuestión no es si sirve para algo o no. Hay muchas cosas que quizás no te sirvan de nada en el momento que dispones de ellas o las descubres pero que pueden tener mucha utilidad en un futuro. Es más, muchos descubrimientos surgieron para dar respuesta a una necesidad concreta pero acabaron siendo destinados a cubrir otras completamente diferentes. No todo el saber humano está llamado a ser utilizado con una finalidad práctica. Aunque te parezca mentira, hay muchas personas a las que les pagan por adquirir nuevo conocimiento, por construir abstracciones y elaborar entelequias y nadie les reclama el dinero que han cobrado aunque finalmente el producto de sus investigaciones carezca de valor real aparente, porque el nuevo conocimiento en sí mismo carece de valor en tanto que tiene un valor incalculable.

En eso se salva el “profe” de “Mates” porque si tuviese que justificar la utilidad de lo que nos enseña para cobrar te aseguro que se moriría de hambre.

Ja, ja, ja,… Quizás hayas dado con la utilidad de la fórmula. Sin duda, las sumas finitas le han servido a tu profesor de matemáticas para ganarse el sueldo. Así que aplícate, a ver si tú algún día también llegas a profesor para vivir del cuento.

Lo dices como si tú no fueras profesor.

No, no lo digo tanto como profesor (que no me gusta arrojar piedras a mi propio tejado) sino más bien como alumno que he sido de muchas personas que decían serlo.

Me miró fijamente, casi con reprobación, como si el aludido hubiese sido él mismo y entonces, tras el brillo desafiante de sus ojos, intuí que estaba destinado a ser el padre de uno de los matemáticos más brillantes de este siglo. Por fin, había encontrado la utilidad de mi humilde existencia aunque no podría confirmarlo hasta veinte años más tarde.



Neuromante

lunes, mayo 11, 2009

Un burka por amor (Reyes Monforte)




Una noche María Galera se puso en contacto con el programa de Reyes Monforte en Punto Radio. Su voz llegaba clara desde Afganistán pidiendo ayuda y relatando su increíble historia: había conocido en Londres a un afgano del que se había enamorado perdidamente, hasta el punto de casarse, convertirse al islam y seguirle hasta su país de origen donde había tenido que acatar las estrictas leyes del régimen talibán. Con el comienzo de la guerra ambos habían quedado atrapados en aquel remoto país, sin dinero ni documentación, y en unas pésimas condiciones de vida que no impidieron a María dar a luz a dos hijos. Su tercer embarazo y la preocupación por la seguridad de su familia la empujaron a buscar ayuda para salir del país, algo que consiguió gracias a un empresario mallorquín que se conmovió escuchando sus palabras, llenas de sufrimiento y desesperación, a través del programa.Hoy, ya desde Mallorca y a través de la periodista que consiguió escucharla, nos narra su historia de amor incondicional, pasión y lucha por sobrevivir en un país y una cultura extrañas.

Los crímenes de Oxford (Guillermo Martínez)




Un estudiante de matemáticas realiza un viaje a Oxford con fines académicos. Además de conocer a algunos de sus maestros en esta ciencia, las emociones se alborotan cuando se produce un asesinato en la casa donde se aloja. Se desata así un misterio para el que las matemáticas son, más que una disciplina teórica, la clave para su investigación y desarrollo. La serie de Oxford es un artefacto literario que combina una altísima calidad literaria con una trama capaz de atrapar a miles de lectores.

miércoles, mayo 06, 2009

Déjame entrar (John Ajvide Lindqvist)




Oskar, un niño solitario y triste que vive en los suburbios de Estocolmo, tiene una curiosa afición: le gusta coleccionar recortes de prensa sobre asesinatos violentos. No tiene amigos y sus compañeros de clase se mofan de él y le maltratan. Una noche conoce a Eli, su nueva vecina, una misteriosa niña que nunca tiene frío, despide un olor extraño y suele ir acompañada de un hombre de aspecto siniestro. Oskar se siente fascinado por Eli y se hacen inseparables. Al mismo tiempo, una serie de crímenes y sucesos extraños hace sospechar a la policía local de la presencia de un asesino en serie. Nada más lejos de la realidad. Una historia de terror contemporáneo de extraordinaria originalidad que entusiasmará a los aficionados al género.

El juego de las horas (David Baldacci)




El cuerpo de una mujer es hallado en un bosque. En su muñeca, el homicida ha dejado un reloj de pulsera con un extraño símbolo. Se trata de la primera víctima de un asesino en serie que tiene en vilo a la población de Wrightsburg. Su proceder es escalofriante y metódico: siempre deja en la escena del crimen un reloj que detine en una hora concreta. Un segundo asesino reproduce los crímenes cometidos por el primero. King y Maxwell son llamados para la investigación del caso.

sábado, mayo 02, 2009

Decadencia

Hai días percorridos
polo aroma impasible
da agonía.
Hai vidas que sucumben
ante a ruín infame melodía
da ausencia.
Como sementes mortas.
Como ás quedas
de paxaros baldíos
en gaiolas de amargura
e miradas de metal.
Ulises C.